jueves, 14 de octubre de 2010

La ciudad del "tranque"

Panamá, miércoles 12 de diciembre de 2007
LA PRENSA- SECCIÓN DE OPINIÓN


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FLUJO VEHICULAR.
Cristóbal Chen Solís
Conducir en la ciudad de Panamá se ha convertido en una tarea difícil, de mucho estrés y hasta un tanto arriesgada. Estrechas avenidas, un plural número de automóviles en la calles y los tranques característicos de diciembre son algunos de los factores que causan estrés y ansiedad en los individuos.
Muchos panameños de la clase popular realizan un esfuerzo para comprar un automóvil con el fin de mejorar sus condiciones de vida, pero a veces esos sueños se ven frustrados por diversas circunstancias en las calles. Y es que para trasladarnos de un punto a otro en la ciudad capital tardamos horas, perdemos el tiempo y se altera nuestro sistema nervioso.



También para los conductores es difícil tener que enfrentar en las calles a los autobuses conocidos como "diablos rojos" y ni hablar de los taxistas que, aunque no son todos, la gran mayoría viola las leyes de tránsito con el manejo desordenado, recogiendo pasajeros en la vía y lanzando amenazas a quien se atreva a llamarle la atención por sus impertinencias.
Todas estas circunstancias han sido motivo de enfrentamientos entre conductores enardecidos, que por culpa de los tranques y querer llegar a tiempo a un lugar, han protagonizado peleas callejeras en donde salen a relucir armas blancas y de fuego.
No sé por qué razón aún no se ha pensado en regular la circulación de vehículos en las avenidas en el país, como se ha aplicado en otras naciones más grandes que Panamá.
Y es que si realizamos un estudio sobre la cantidad de automóviles por familias, estoy seguro de que en muchas de estas hay hasta tres y cuatro vehículos, lo que no es malo porque estamos en un país libre y democrático, pero sin un control adecuado de su uso se contribuye al aumento del congestionamiento en las calles.
Hace casi 40 años se construyeron importantes arterías vehiculares como la Vía Ricado J. Alfaro o Tumba Muerto, desde entonces nunca se ha dispuesto un posible ensanche. ¡Después nos quejamos de los tranques a diario en esta carretera!
Uno de los puntos de permanente congestionamiento es la entrada de cerro Patacón que conduce hacia el puente Centenario. No obstante, se visualiza la construcción de un paso elevado vehicular en esa intersección, pero aún sin anunciarse la decisión final.
Esta obra debe concretarse cuanto antes, puesto que es un punto de mucha circulación hacia el interior del país y allí el embotellamiento es de gran magnitud a toda hora del día, lo que causa desesperación en los conductores.
Sin embargo, vemos una luz en el camino con la construcción de la cinta costera, la autopista Panamá–Colón y la instalación de semáforos modernos que aparentemente contribuirán a agilizar el pesado tráfico.
Me parece que la cinta costera será impresionante y verdaderamente le dará una nueva cara a la ciudad de Panamá. Este proyecto tendrá los más altos estándares de arquitectura y urbanización con máximos criterios de seguridad, calidad y respeto al ambiente y se espera que esté listo en abril de 2009 a un costo de 189 millones de dólares.


En cuanto a los corredores Norte y Sur, que contribuyeron en su tiempo en alguna medida a mejorar el flujo vehicular en la capital, consideramos que ya es hora de revisar los contratos de concesión para ver en qué se puede beneficiar el pueblo. Lo ideal es que con el pasar de los años, estos deberían ser gratuitos como en otros países, sin representar altos gastos para los ciudadanos que pagamos impuestos.
Sugerimos a las autoridades que continúen en sus proyecciones para buscar alternativas adecuadas que puedan acabar con los malditos tranques que perjudican a todos.
El autor es periodista

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